En Holanda, dentro de poco podríamos encontrar anuncios como el siguiente: "Se busca enfermera o cuidador espiritual, con posesión de certificado, para asistencia a suicidios". En los Países Bajos, si un grupo de personas de edad avanzada, que se autodenomina "Out of free will", tiene éxito, anuncios como éste podrían aparecer en las ofertas de trabajo de los periódicos.
Según los miembros del citado grupo, las personas sanas con más de 70 años tienen el derecho a morir asistidos por un experto profesional, suficientemente entrenado. Una comisión de expertos determinaría si el candidato al suicidio asistido se encuentra sano de mente o, por el contrario, está deprimido. Sólo ciudadanos holandeses tendrían la opción de recurrir al suicidio asistido.
Según Swaab, Director del Insitituto de Neurociencia de Amsterdam, "en todo el reino animal, los individuos son sustituidos; en vez de colocar parches hasta el infinito". Con los seres humanos sucede lo mismo, por lo que deberían largarse cuando les llegue el momento. Lo de por qué a los 70 años, y no a los 65 o a los 90 no deja de ser algo arbitrario. Los promotores de esta idea consideran poco probable el que se produzcan abusos con esta ley.
A la vista de lo que está sucediendo con la eutanasia, en buena lógica nadie considera probable que haya abusos: simplemente es algo que se da por supuesto, después de la pendiente resbaladiza de la eutanasia. No les falta lógica a los pioneros de esta ley, si reducimos al hombre a un metazoo más, todo vale dentro de una ética de mínimos. A fin de cuentas, la alternativa es siempre la misma:
DERECHO A LA VIDA O LICENCIA PARA MATAR.
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