Desde que el Parlamento Británico aprobó la “Ley de Fertilización Humana y Embriología” en el año 2008 se han producido en secreto alrededor de 150 embriones híbridos humanos, que contienen por igual material genético humano y animal. El objetivo, tratar de curar graves enfermedades humanas hasta ahora sin tratamiento. Falacia terapeútica sin ninguna evidencia médica conocida.
La Ley sobre Fertilización Embriológica Humana de 2008 legalizó la creación de una gran variedad de híbridos, incluyendo la creación de "cíbridos" en los cuales se implanta un núcleo humano en una célula animal.
Según Monseñor Sgrecia, la hibridación entre hombre y animal es una grave ofensa para la dignidad del hombre. La unión hombre-animal, aunque no sea sexual, representa uno de los horrores que siempre ha provocado mayor rechazo de la ética. Alguna inserción de genes o células humanos en primates no humanos podría permitirse, como introducir un pequeño número de células madre neurales humanas en el cerebro de un mono para valorar si reemplazan las neuronas perdidas en
enfermedades como el Parkinson. Pero la creación y desarrollo de embriones formados mediante mezcla de células embrionarias o pluripotentes de humanos y primates no humanos está claro que debería prohibirse.
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