El 19 de marzo de 2011, se anunció que Abidal, jugador de fútbol del Barcelona, sufría un tumor de hígado. Días después pue operado con éxito del mismo. Ahora, Abidal tendrá una de las mayores pruebas de amistad con las que se puede contar. El transplante de hígado con el que los médicos intentan atajar el cáncer se hará gracias a la donación de un amigo francés, un viejo conocido de la infancia que le ha brindado parte de su hígado para salvarle la vida.
Se asegura que no ha habido ningún trato de favor. La lista de espera que regula la Organización Nacional de Trasplantes no entiende de excepciones ni de personajes famosos. Cuando se espera el órgano de una persona fallecida solo la gravedad del paciente establece los tiempos. La espera se elude cuando se cuenta con el órgano de un familiar o de alguna persona cercana, como ha ocurrido con Abidal.
En la actualidad sólo se realizan dos tipos de transplantes entre donantes vivos: el trasplante renal y el de hígado. El primero es posible porque se puede vivir con un solo riñón y el segundo porque el hígado tiene una gran capacidad de regeneración. Es como un rabo de lagartija, que se corta y vuelve a crecer. Si se secciona parte de su masa, recupera su tamaño a los seis meses. Basta una porción para conseguir un hígado de tamaño y morfología prácticamente normal.
Cuando este tipo de trasplante se hace a un niño se le injerta el lóbulo izquierdo, la parte más pequeña del órgano. En el caso de un adulto se trasplanta siempre el derecho, el de mayor masa. La proporción a cortar e injertar se decide con un cálculo matemático para reducir al máximo los riesgos de los dos pacientes. El pedazo de su amigo sustituirá al hígado enfermo de Abidal.
Su amigo donante no solo debe tener una salud de hierro y un corazón de oro (lleno de generosidad) para soportar una cirugía que no está libre de riesgos. Probablemente también tenga una complexión similar al futbolista y un grupo sanguíneo compatible con el defensa azulgrana. Y habrá superado todos los exámenes médicos y los legales.
En España, la donación es un acto altruista y la legislación exige pasar ante un juez que verifique que no hay una motivación económica ni ninguna presión. Este paso es obligado y se exige incluso entre padres e hijos. Eticamente se admite todo tipo de transplante; si bien se rechaza el transplante de órganos que directamente pueden influir en el ser humano, como las glándulas sexuales, así como también puede haber reparos en el transplante de partes decisivas del cerebro
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