Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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viernes, 18 de marzo de 2016

INVIERNO DEMOGRÁFICO EN ESPAÑA

Leí en  Actuall   hace dos días que "las mujeres españolas siguen siendo de las que más retrasan la maternidad en el conjunto de la Unión Europea al tener a su primer hijo con 30,6 años de media, por encima de los 28,8 años de media comunitaria, según un estudio sobre los nacimientos en la UE publicado  por Eurostat con datos de 2014.
También España sigue a la cola con apenas 1,32 hijos por mujer, frente a la fertilidad media de 1,58 hijos en el conjunto de la UE, y apenas ha subido un 0,08 por ciento desde 2001, cuando la tasa española se situó en los 1,24 hijos por mujer... El principal recurso de un país no es el petróleo sino el capital humano.
¿Qué se puede hacer? ¿Ayudas por hijo?, ¿descuentos para familias numerosas?, ¿fomentar la natalidad con premios e incentivos? Eso -que ni siquiera se hace en España- no deja de ser cosmética. Porque la gente tiene hijos no por las ayudas que reciban (aunque los Gobiernos estén obligados en justicia a ayudar a la familia, dado el papel crucial que juega), sino por convicción. Los hijos nunca son un negocio: al revés la familia es por definición deficitaria.
Los hijos se tienen porque se cree en la vida. Pero eso no depende de los Gobiernos, sino de la educación recibida, de las creencias, de las convicciones. Y en el Occidente secularizado y relativista, mucha gente piensa que nada tiene sentido porque la muerte es el final. Y esa es la causa más profunda del invierno demográfico. La Historia demuestra que la vitalidad de una civilización se cifra en la familia y ésta a su vez está relacionada con su religiosidad. Una sociedad nihilista no sólo no cree en Dios, sino tampoco en la vida, y a la postre ni siquiera en sí misma".
Totalmente de acuerdo, nada que objetar, nada que añadir.

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