Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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martes, 14 de octubre de 2008
OTOÑO PERPETUO EN OREGÓN
Acompañado por la música siempre decadente de Los Secretos, caminaba por una chopera, mientras caía la tarde. Por una curiosa asociación de ideas, pensé en lo que ocurre en Oregón. Al noroeste de Estados Unidos, es uno de los enclaves predilectos por la belleza d sus árboles de hojas caducas. También resulta inigualable cuando hablamos de paisajes de naturaleza muerta: tiene una ley que permite a los médicos ayudar a que la gente acabe con su vida.
Se cumple ahora el décimo aniversario de la ley estatal de suicidio asistido médicamente. Los primeros suicidos asistidos legalmente comenzaron a principios de 1998. Entre 1998 y 2006 se han producido 292 muertes. De las 23 muertes de media en los primeros 4 años, se ha pasado a 46 muertes en 2006. Actualmente, uno de cada 700 fallecimienitos en Oregón se produce bajo la fórmula de suicidio asistido.
Por qué tantos ciudadanos terminan con sus vidas? Los defensores del suicidio asistido argumentan que la primera razón para legalizarlo es el dolor físico incontrolable, pero sabemos que no es esa la principal razón. Después de los primeros años de aplicación de la ley de suicidio asistido, la Facultad de Medicina de la Universidad de Oregón publicó un informe que demostraba que los pacientes morían con el doble de dolores agudos que antes de la entrada en vigor de la norma. Y mientras tanto, hay escasez de centros geriátricos y un insuficiente programa de cuidados paliativos. Una vez qaue un paciente ya ha decidido poner fina a su vida existen menos incentivos para que el sistema sanitario se preocupe por las necesidades de la gente.
Un informe publicado en The American Journal of Psychiatry en 2005 relata el caso de un paciente con cáncer de pulmón y aquejado de depresión que había sido ingresado en la unidad de psiquiatría de un hospital. Cuando se le dio de alta, un médico de cuidados paliativos recomendó que se le proporcionase un asistente para su acompañamiento en casa; al paciente se lehabía prescrito una medicación para ayudarle a terminar con su vida en su propia casa. Su médico no hizo nada por su dolor ni por sus necesidades paliativas, pero eso sí, se ofreció a sentarse a su lado mientras tomaba la sobredosis prescrita.
En Oregón, la asistencia médica gratuita cubre el coste del suicidio asistido, pero no el coste de un tratamiento médico curativo para pacientes con cáncer. En 2003 la asistencia médica dejó de pagarles los medicamentos a 10.000 ciudadanos pobres en todo el Estado; entre ellos se incluían portadores del VIH, gente a la espera de transplantes de médula ósea o enfermos mentales con necesidad de atención psiquiátrica. A otros 75.000 ciudadanos se les recortaron servicios sanitarios para poder equilibrar el presupuesto estatal.
Para acogerse al suicidio asistido hay que cumplir unos determinados requisitos: ser residente del Estado de Oregón, ser mentalmente apto, haber sido diagnosticado con una enfermedad terminal que conducirá a la muerte en un plazo de seis meses y que la medicación prescrita sea autoadministrada. Como era previsible, estas reglas no se cumplen. Y especialmente, quedan desprotegidos los enfermos psiquiátricos y los que sufren depresiones. Se han dado casos de gente diagnosticada con demencia por un psiquiatra que recibe una prescripción médica para acceder al cóctel mortal. Muchos médicos prescriben medicamentos mortales a sus pacientes sin preocuparse por ellos. Peter Rasmussen, por ejemplo, admite que al 75 por ciento de los que acuden a él para acogerse al suicidio asistido no les ha vista anteiormente.
Es improbalbe que Oregón rechace el suicidio asistido en un futuro próximo, pero está claro que en otros Estados no se va a legalizar fácilmente. Aquí en Europa tenemos el ejemplo británico que rechazó en el año 2006 una propuesta similar. Gracias a Dios, son muchos lor profesionales de la asistencia médica, trabajadores de centros geriátricos, abogados y líderes religiosos y éticos que se oponen enérgicamente al suicidio asistido.
Por: Alberto García Chavida
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4 comentarios:
Hola Alberto:
En primer lugar decirte, que me encantan los comentarios en mi blog, y que el tamaño es lo de menos, porque muchas veces tocamos la fibra del visitante y te inspiras en escribir, y con ese escrito enriqueces la entrada. Otras veces, las respuestas son más escuetas, y otras lees y no comentas, así que de las tres la que más me gusta es la primera porque denota que he llegado al corazón del que lo ha leido. Así que espero verte mucho por mi casa y la tuya ahora, y pedirte permiso para venir a menudo a visitarte, para ello, en cuanto me vaya voy a enlazarte, que si no, soy un poquillo despistada.
Un saludo.
La eutanasia, otro producto del hombre para eliminar al hombre, realmente se ayuda a morir al enfermo, o a la familia a librarse de una carga.
Me ha llamado la atención lo que comentas de autoadministrarse, entonces un tetraplejico como se autoadministra, no se, pero todo esto suena a degeneración y a ir hacia abajo pero sin frenos, entre la eutanasia y el aborto, por un lado y luego la contrariedad de crear hijos de laboratorio para curar a otros, niños medicina, que han venido para curar a otro.
Buenas noches.
En el caso de un tetrapléjico, el suicidio tiene que ser pero que muy asistido, tanto que en su caso sólo cabe aplicarle la eutanasia. Pero en el fondo, siempre se trata de un desprecio absoluto a la vida humana, y de dignidad nada de nada. Son muertes indignas, impropias de la naturaleza del hombre.
Un cordial saludo, y gracias por visitar mi blog.
Alberto
Me parece increible que las leyes puedan llegar a permitir asesinatos tan descarados, estoy segura que a excepción de unos pocos, nadie querría morir si se le da apoyo para una vida digna.
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