Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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sábado, 22 de noviembre de 2008

DOS MUJERES Y UN DESTINO



Una mujer de 37 años, Eluana Englaro, vive en coma desde el 18 de enero de 1992, tras sufrir un accidente de tráfico. El Tribunal supremo italiano dictó una sentencia que permitirá desconectar la sonda que alimenta a la joven desde hace 16 años. Así lo había pedido su padre. Cuando se le quite el alimento, podrá vivir todavía varias semanas pero lo decisivo será quitarle el agua, con lo que morirá en 10 ó 15 días. La hidratación y alimentación por un procedimiento artificial no pueden considerarse una forma de ensañamiento terapéutico, ya que pertenecen a los cuidados ordinarios. Por eso puede decirse, sin ninguna duda, que nos encontramos en un caso claro de petición de eutanasia.
Totalmente distinto es el caso de Hannah Jones, la niña británica de 13 años que ha renunciado a someterse a un transplante de corazón, que padece leucemia desde los cinco años. Para detener el cáncer, fue sometida a un tratamiento que le provocó graves daños en el corazón. Los médicos querían someterla a un transplante, pero ella lo ha rechazado porque la intervención no le garantiza la vida. Además, las medicinas que debiera tomar para evitar el rechazo podrían reactivar la leucemia. Este caso puede ser polémico, se puede discutir todo lo que se quiera, pero lo que no puede hacerse es definirlo como un caso de eutanasia, porque no lo es.
Los padres junto a su hija han tomado una decisión: que Hannah no reciba un transplante, algo que se hace a diario en todo el mundo. Lo único peculiar de este caso es que aquí la niña también ha intervenido en la decisión, y sus padres están de acuerdo. Otro día escribiré sobre la madurez necesaria para este consentimiento de menores de edad.
Hannah quiere seguir viviendo hasta que su corazón se lo permita, y quiere seguir disfrutando de la vida hasta que le llegue el fin. Quiere seguir viviendo junto a sus padres, disfrutar de cosas que le ilusionan, viajes con los que sueña y, en definitiva, vivir con alegría hasta el fin. Por tanto, nada de eutanasia, nada de suicidio, nada de querer dejar de vivir. Se trata de algo totalmente diferente: limitación del esfuerzo terapéutico, algo a lo que cualquier persona medianamente normal nos gustaría apuntarnos.

4 comentarios:

Mike dijo...

Completamente de acuerdo en ambos casos.

Saludos!

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Es importante distinguir y explicar estos temas, sobre todo ahora que los medios están aprovechando para hacer propaganda de la eutanasia manipulando el caso de Hannah, y tratándolo como si fuera eutanasia o casi una petición de suicidio, cuando no lo es.

Anónimo dijo...

Considero que el segundo caso es muy claro, pero no tanto el primero. No entiendo bien, al menos, los criterios que utilizas para distinguir el ensañamiento terapéutico con los cuidados naturales. Es decir, en este caso, ¿hasta qué momento habrían de mantenerse tales cuidados? No sé tampoco si existe alguna posibilidad de que cese el coma o es irreversible. Entendería el mantenimiento de los cuidados si fuese reversible, por la esperanza o posibilidad de sanación, pero no si no lo fuese, porque el hecho de que la alimentación o la hidratación sean algo natural ello no implica que su suministro artificial también lo sea.
Rogaría que me lo explicases. Muchas gracias y un saludo.

albert dijo...

En el caso de Eluana, según el equipo médico, no está nada claro que el coma sea irreversible. Por otra parte, hidratar y alimentar a una persona por un procedimiento plenamente regular no puede considerarse una forma de ensañamiento. Quizás debamos aprender a convivir con el hecho de que no lo controlamos todo. Sencillamente con el cuidado mínimo que no le negamos a nadie, seguiría viviendo pese a su estado. No pueden amparar su decisión en el sufrimiento de Eluana, pues ella no sufre.
Por otra parte, la suministración artificial de agua y alimento
generalmente no impone una carga pesada ni al paciente ni a sus familiares. No conlleva gastos excesivos, está al alcance de cualquier sistema sanitario de tipo medio, no requiere muchas veces hospitalización y es proporcionada a su finalidad: impedir que el paciente muera por inanición y deshidratación. No es una terapia resolutiva,sino un cuidado ordinario para conservar la vida.