DOS NIÑAS DE CATORCE AÑOS

La ilustre villa de Tordesillas (Valladolid, España) acoge a muchos turistas en Semana Santa. Con este motivo, CIDEVIDA ha abierto sus puertas durante estos días. Han sido varios los que se han acercado a conocer la Exposición permanente sobre la vida. Francisco relata el encuentro que mantuvo con dos visitantes muy especiales que se acercaron al Museo.

"El Viernes Santo por la mañana entraron dos niñas de 14 años.  Entraron muy entusiasmadas, preguntando y explicando sus experiencias tan escalofriantes como que la prima de una de ellas, que tenía dieciséis años, recientemente se había suicidado,arrojándose de un puente, después de haber abortado, presionada por su novio. Esta niña también tiene una hermana de 16 años que recientemente quedó embarazada. Ahora, su hermana quiere abortar porque le da vergüenza la incipiente barriguita que está teniendo pero su madre (y tía de esta niña) está animando a su hija para que no aborte.

La segunda niña explicaba que acepta y comparte la decisión de las madres embarazadas de criaturas con enfermedades como el Síndrome de Down y otras similares así como las jóvenes que se quedan  embarazadas. Ciertamente las niñas, prestaron suma atención a todo lo que se les explicaba. Cuando llegamos a la pantalla en la que se explica la fecundación, estuvieron siguiéndolo con mucho interés.

Pero lo mejor de todo fue cuando llegamos a la habitación en la que se explican las distintas técnicas abortivas. Les dije que eran imágenes fuertes y que había un vídeo explicativo todavía algo más fuerte. Una vez se lo leyeron todo, comentaron que no sabían nada de lo que era realmente el aborto y de lo que significa abortar. Una de las niñas, al cabo de poco tiempo, salió de la sala indicando que no podía seguir más; pero la segunda niña lo vio todo y cuando salió quedó aún más sorprendida afirmando que desde luego nadie le había explicado nada de lo que significa abortar. Posteriormente les enseñé la habitación de los testimonios. Allí los comentarios se repitieron porque nadie les había explicado lo mal que se puede llegar a pasar, después de haber abortado.

Después les invité a entrar en la sala del útero. Las dos niñas se sentaron en el suelo.  Les puse el vídeo y al salir, expresaron con todo su entusiasmo lo mucho que les gustó y que jamás se imaginaban todo lo que han visto. Una de las niñas manifestó que a partir de ese momento lo tenía clarísimo: que no abortaría en su vida y que intentaría acercar a otras niñas a la exposición. Cumplió con su palabra y por dos veces acudió con  amigas.También dijo que lo comentaría en su colegio y que además se lo diría a su madre y a sus hermanas, para volver otro día con la familia entera. Estoy seguro de que volverán."