Se ha diseñado el primer índice de riesgo para prevenir comportamientos suicidas (The Journal of Clinical Psychiatry 71 (12): 1617 – 1628, 2010). En él se constata las variables que se asocian, en la mayoría de los países, con riesgo de suicidio son: ser mujer, edades más bien jóvenes, menor educación, no vivir en pareja, estar desempleado, padecer algunos trastornos mentales o que los padezcan los padres, y adversidades en la infancia.
Según la Organización Mundial de la Salud, los países que tienen mayor índice de suicido en el mundo son: Rusia (34,3 por cada 100.000 personas), Lituania y Kazajistán. España ocupa el lugar 53 en esta triste lista, con un índice de 8,2 suicidios por cada 100.000 personas. Los médicos, los terapeutas y los adolescentes ocupan los primeros puestos en las listas de suicidios consumados. Parece que en personas con fuertes convicciones religiosas es más infrecuente el intento de suicidio.
Por favor, que nadie me pregunte por qué escribo hoy esta entrada. Lo positivo de todo esto es el deseo de adelantarse a este terrible problema, con la prevención adecuada. Siempre es mejor prevenir que curar, pero en este caso, la prevención es el único remedio.
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