Los dos bioéticos afirman claramente que «debe ser permitido el ‘aborto del post-nacido’ –matar al recién nacido [sic]— en todos los casos en los que es permitido el aborto». ¿Terrorífico? Congruente, diría yo. Es un peldaño más de la misma escalera de muerte.
Lo justifican con el siguiente argumentario:
Es una manifestación clara de pendiente resbaladiza ética, a la que conduce la aceptación social del aborto. Pero hay más: es un caso más de manipulación del lenguaje, al utilizar el término eufemístico de alter-birth abortion.
- tanto feto como recién nacido no tienen el estatus moral de persona real
- el hecho de que ambos sean personas en potencia es moralmente irrelevante, y
- la adopción no siempre interesa a las personas reales.
Es curioso que uno de estos científicos italianos enseñe en una universidad australiana, como australiano es Peter Singer, el principal promotor del Proyecto Gran Simio. Lo que nunca han discutido los autores es la realidad de la vida concebida. La ciencia médica y la biológica lo han confirmado, hace tiempo: vida distinta a la madre desde el momento de la concepción. Eso lo admiten. La cuestión ya no es la vida, es el desprecio a la vida ajena. Es una opción miope y cínica que legitima el individualismo utilitarista del más fuerte.
1 comentario:
Sin embargo, los argumentos que utilizan son intachables: Las mismas razones que justifican el aborto pre-natal justifican también el infanticidio del neonato. Solo porque ya haya nacido no se puede obligar a unos padres a cargar con un hijo que no desean, y que de haber sabido que iba a nacer con malformaciones habría sido abortado. No veo por qué escandalizarse de este planteamiento, si no es escandaliza uno del primero...
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