Según un reciente informe sobre el aborto publicado en Francia, por la Inspección General de Asuntos Sociales, ni la difusión masiva de la anticoncepción ni la información sexual en la escuela han logrado reducir el número de abortos. En el país vecino, el aborto es legal desde 1975 y desde 2001 las menores de 18 años puedan abortan sin autorización paterna. El objetivo de la reforma del año 2001 era progresar en el control de la fecundidad, favorecer el acceso a las técnicas anticoneptivas y así reducir el número de abortos.
Los resultados son bien distintos de los objetivos buscados. Si bien la anticoncepción está difundida en el país, con fuerte predominio de la píldora, el nivel de fracaso es muy alto: un tercio de los embarazos se consideran no deseados, y el 60% terminan en aborto. La difusión masiva de la contracepción no ha disminuido el número de abortos, que se mantienen en torno a 200.000 al año. La tasa de abortos es del 14,5 por 1000 mujeres (en España se sitúa en 11,5% en 2005).
Las jóvenes francesas pueden obtener la píldora del día siguiente de forma gratuita y anónima. Ahora tienen también a su disposición la llamada "píldora de cinco días después". Aunque ha aumentado el recurso a la contracepción de urgencia, el número de abortos practicados ha permanecido estable, e incluso se detecta un aumento del aborto entre las jóvenes.
No parece que el problema sea de falta de información. No es que haya silencio sobre estos temas. Lo que parece evidente a la luz del citado informe es que anticoncepción y aborto no sólo no son excluyentes, sino complementarios. En Francia, el 72% de los abortos se realizan en mujeres que recurrían a prácticas anticonceptivas, en muchos casos personas qeu recurrían a un método anticonceptivo considerado muy eficaz (píldora o DIU). Tanto es así, que para muchos el recurso al aborto no sería un suceso excepcional, sino un componente más de la vida sexual y reproductiva del ser humano.
Así intentan colarnos el aborto como una prestación sanitaria más, y es lo que pretende la ley española al incluirlo entre los servicios comunes de la seguridad social. Prevé la reforma que la comunidad educativa realizará "actividades formativas relacionadas con la educación sexual, la prevención de infecciones de transmisión sexual y embarazos no planificados". A la vista de un informe tan derrotista como el presentado en Francia, los políticos de este país deberían pensar en la incoherencia que encierra la argumentación de su reforma sanitaria. Claro que eso les llevaría a reconocer el presupuesto ideológico que está detrás de todo: una visión materialista del hombre, que impregna su cultura de la muerte.
1 comentario:
Muy interesante el post Alberto. Pero ¿podrías poner links a las fuentes que citas? Muchas gracias.
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