Defienden que se debe promocionar desde un punto de vista científico y sanitario el derecho a la vida y la dignidad humana de sus pacientes embriofetales sin discriminación por razones de edad o de salud. Esto último llevaría a algunos médicos a ejercer el derecho a la objeción de conciencia sobre el diagnóstico prenatal ya que, si el diagnóstico es desfavorable, en la inmensa mayoría de los casos, termina en aborto. Más del 95% de los casos en que el diagnóstico prenatal confirma un Síndrome de Down terminan en aborto.
Los Ginecólogos por el Derecho a Vivir entienden que un Código Deontológico debe dar "apoyo eficaz a aquellos profesionales que sientan conculcado su derecho a objetar", por razones éticas y científicas, por no estar de acuerdo en colaborar en ninguna fase del proceso de aborto de un ser humano.
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