Se cumplen estos días el primer aniversario de la nueva Ley de Salud sexual y reproductiva, que consagra el derecho a matar al propio hijo como un derecho de la mujer. Desde entonces, el aborto puede realizarse en España de forma más segura, más barata, resulta más asequible matar a los embriones y fetos. Pero no olvidemos que esto no indica progreso de ningún tipo (ya en la más remota antiguedad la gente abortaba), ni supone un mayor respeto por los derechos humanos.
La legalidad simplemente supone que una orden procede de quien puede darla, según las normas positivas vigentes. También fueron legales las leyes emanadas del III Reich alemán, consitituido legalmente en un régimen democrático. Pero la legalidad nada indica sobre la adecuación de fondo a criterios de justicia, bien y verdad. Una ley que no tenga en cuenta estos valores fundamentales no puede obligar en conciencia, porque no es legítima, por muy legal que sea.
Se debe fidelidad a lo que es legítimo, pero no ha de prestarse necesariamente a lo que es simplemente legal. Las grandes tragedias del siglo pasado, que han producido crímenes y sufrimientes indecibles en millones de inocentes, derivan en gran medida de la maldad de gobernantes maquiavélicos y, no lo olvidemos, del servilismo incondicional de personas que se sentían o creían obligadas a obedecer.
La obediencia a leyes inmorales no expresa fidelidad. Porque hay que obedecer a Dios y a la propia conciencia antes que a los hombres.
Welcome everybody
If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember. Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.
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