Con este sugerente título, la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho de Objeción de Conciencia del Personal Biosanitario ANDOC denuncia interés crematístico en la Campaña “La píldora del día anterior”."Dos entidades que viven del negocio de la anticoncepción, se presentan como ONGs para mitigar los efectos contra la salud que ellos mismos promueven. Su esfuerzo se asemeja al del pirómano, que arroja la gasolina en el bosque y, cuando se declara el incendio, es el primero en presentarse voluntario para apagarlo, para cortar la madera y revenderla.
Las entidades son: La multinacional farmacéutica Chiesi y la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Juntas han lanzado una campaña de publicidad encubierta, dirigida principalmente a universitarios. El objetivo: mejorar la información y formación de los jóvenes en materia de educación sexual. Es más que sospechoso, sobre todo teniendo en cuenta que Chiesi es la fabricante del Norlevo (píldora del día después), y la SEC, su más activas aliada, promotora de la dispensación sin receta de ese preparado hormonal. Si pinchas aquí, puedes leer el artículo completo. Desde aquí mi agradecimiento a Andoc, por la oportunidad de esta información y a mi amigo Juan Manuel Molina, cuyo blog, Sostenibilidad y medicina, es muy interesante. El es quien me ha facilitado la noticia.
Hay que dar la razón a los que advirtieron que la política de facilitar la píldora abortiva del día después no iba a frenar los embarazos. En el Reino Unido, con la tasa de embarazos adolescentes más alta de Europa occidental y con un porcentaje de infecciones de transmisión sexual que se ha incrementado en un 58% en los últimos 5 años, se ha observado que las ITS han aumentado un 12% donde la píldora se regalaba.
1 comentario:
Muy interesante, como siempre. Pienso que el tema de las "píldoras" se está centrando excesivamente en su mecanismo de acción. Creo que la importancia que tienen no es sólo por su posible acción antimplantatoria, y por tanto abortiva si ha habido fecundación; siendo esto importantísimo, no es el único factor que señala su moralidad. Es la antropología de la sexualidad y, por tanto, la felicidad personal, familiar y social lo que está en juego. En la entrevista a Benedicto XVI que recoge el libro "Luz del mundo", contestando a una de las preguntas, el Papa habla de la "banalización" de la sexualidad cuándo se la desvincula de su significado y se aplica a uno mismo como se aplica una droga; esta consideración es muy profunda. Sexualidad sin afectividad, sin compromiso, sin apertura a la vida, no lleva a la felicidad; y esto es así por la misma naturaleza que ella tiene, ya que está orientada -"pensada"- a dar sentido a la vida de uno y a la de los demás implicados en ella y por ella. El mal moral de la anticoncepción es profundo, ya que "rompe" el sentido tan profundo que tiene la sexualidad: hay personas a las que la posibilidad de vivirla así les parece una quimera, pero no lo es.
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