
Las células madre iPS preservan en su genoma cierta memoria de su origen adulto, que se mantiene en cualquier órgano o tejido que se derive de ellas. El problema tendrá que ser resuelto antes de poder usar esos tejidos para trasplantes, que es la gran esperanza que suponen estas técnicas para el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes, la diabetes y otras dolencias hoy incurables.
Son muchas las esperanzas depositadas en la medicina regenerativa, quizás demasiadas. En ocasiones, las noticias vienes mezcladas con cierta dosis de sensacionalismo, sin ser conscientes de que muchos de estos protocolos están en fase de experimentación.
Como era de esperar, El País aprovecha la noticia para dar un currito a la religión, dedicando todo un párrafo a alabar las excelencias de las células madre embrionarias, donde estaría el futuro, cuando de todos es bien sabido que este tipo de células es muy difícil de manejar.
Desde hace 5 años formo parte de un Comité Etico de Investigación Clínica, de España. Cada vez son más frecuentes los ensayos con células madre adultas, el último lo tengo encima de la mesa: células madre mesenquimales autólogas de médula ósea. En todo esto tiempo, no se ha presentado ningún ensayo clínico con células madre embrionarias. Los de El País o no saben de que están escribiendo, o mezclan información con burda manipulación.
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